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Puerto Rico en Oriente: El récord legislativo de Antonio R. Barceló

Al pensar en los puertorriqueños que se enfrentaron a los arduos momentos[1] de finales del siglo 19 y cambio de soberanía, nos vienen a la mente los nombres de los hermanos Luis Muñoz Rivera, José de Diego, Rosendo Matienzo Cintrón, José Celso Barbosa, Manuel Zeno Gandía entre otros. Al llegar a la década de los 20, empezaron a desaparecer esas grandes figuras puertorriqueñas dejando un gran vacío que concluyó en 1940 con la aparición de Muñoz Marín y la industrialización.


¿Cómo es posible que un hombre que luchó por obtener reformas, cambios, y logros para Puerto Rico durante tres décadas quede en el olvido de la historiografía puertorriqueña? Un día me encontraba leyendo un libro dedicado Dr. Fernós Isern[2] en donde en un capítulo se habla de la vida masónica que tuvo el hermano. En este capítulo fue donde por primera vez yo me enteré que el Antonio R. Barceló era masón[3]. Fue esta simple pregunta y mi reciente descubrimiento lo que empezó a motivar la investigación de la influencia masónica del récord legislativo del poderoso hermano. En la historiografía puertorriqueña parece producirse un salto en la historia de la isla de Puerto Rico. ¿qué paso en el ínterin de los años? ¿Quiénes estuvieron a cargo del país en esos años? Contestar esa pregunta fue lo que finalmente hizo y motivó a investigar la influencia masónica, si alguna del poderoso hermano masón y de otros hermanos de la época


El hermano Antonio R. Barceló nació en Fajardo el 25 de octubre de 1868.[4] El hermano murió en San Juan el 15 de diciembre de 1938. Barceló apenas tenía 19 años cuando se aprobó el Plan de Ponce de 1887 del Partido Autonomista.[5] Los grandes partidos de la década del 1880 buscaban la libertad de Puerto Rico frente a España luchando por el ideal autonomista. Era la época grande y noble del liderato de Ramón Baldorioty de Castro[6]. El tío del Barceló, Modesto Bird, lo presentó ante Santiago Veve Calzada, que actuaba como organizador del Comité Autonomista de Fajardo. Al terminar su secundaria sus maestros la ofrecieron una beca para ir a estudiar Derecho a España, pero su familia debía pagar la otra mitad. Sus tíos no lo apoyaron y le dijeron que basta de estudios y que era hora de trabajar y ser un hombre de provecho.

El año 1887 no fue tan solo el año de la gran organización en la Asamblea de Ponce del Partido Autonomista, también fue el año en que se dio la gran persecución del 1887 del Gobernador Palacios.[7] Entre los líderes autonomistas fueron encarcelados Santiago R. Palmer Irizarry y Román Baldorioty de Castro. En general fueron víctimas de persecuciones todos los liberales que difundían el ideal autonomista. Esteban López Cruz y Antonio R. Barceló fueron a St. Thomas, colonia danesa en ese momento, para enviar mensajes de los abusos del gobierno español.[8] Ya para estos momentos Barceló era secretario del Comité Autonomista de Fajardo.


Cuando murió Baldorioty de Castro en 1889, Luis Muñoz Rivera se convirtió en el líder máximo del partid autonomista. El ilustre Luis Muñoz Rivera y una comisión autónoma a nombre del partido, viajaron a España a negociar con el gobierno de turno más poderes para la isla[9]. En esa época España contaba con dos partidos principales: El Partid o Liberal Fusionista liderado por Práxedes Mateo Segasta y el Conservador de Canóvanas del Castillo[10]. Dichos partidos no eran los únicos en España, pero sí los más fuertes. Estos partidos políticos peninsulares eran de naturaleza monárquica. En la España de ese momento, también existían partidos políticos de naturaleza republicana (sistema de gobierno basado en una constitución).[11]


En el 1897 Segasta subió al poder en España y cumplió su promesa con Muñoz Rivera. El 25 de noviembre de 1897, el Gobierno español procedió́ a publicar los decretos en donde reconocieron la Carta Autonómica (constitución autónoma) de Puerto Rico y Cuba. 10 El sistema de gobierno de cada isla estaba compuesto por un Parlamento Insular y El Gobernador General.[12] El Parlamento Insular estaba compuesto por la Cámara Insular divida en dos ramas con facultades iguales, El Consejo de Administración y la Cámara de Representantes.[13] El Consejo de Administración estaba compuesto por 35 miembros, de esos 35 miembros, 18 eran elegidos y 17 eran nombrados en su defecto por el Gobernador.[14] La Cámara de Representantes estaba compuesta dependiendo de la ley electoral de la provincia, en proporción de un representante por cada 25,000 habitantes. [15] Desafortunadamente esta duró poco pues se desató la Guerra Hispanoamericana entre España y los Estados Unidos. Como consecuencia de la Guerra y la firma del Tratado de Paris, Puerto Rico pasó a manos de los Estados unidos como botín de guerra. Antonio R. Barceló que había ocupado el puesto de juez municipal de Fajardo durante la Carta Autonómica.


Muchos puertorriqueños se prepararon para hacer frente cuando llegaron los norteamericanos a Puerto Rico. El 1 de octubre de 1899 Luis Muñoz Rivera y sus seguidores lanzan un manifiesto al país proponiendo la fundación de una nueva colectividad: el Partido Federal. Antonio R. Barceló fue uno de los suscriptores del manifiesto. El 12 de abril de 1900 se aprobó por el Congreso de los Estados Unidos un proyecto presentado por el Senador Joseph Foraker para construir un gobierno civil en Puerto Rico. Fue una ley en que todo se regía por la capital de la metrópolis: el gobernador nombrado por el presidente, la Cámara Alta compuesta por miembros nombrados por el presidente, seis de los cuales serían los jefes de departamentos insulares y gabinete del gobernador. La Cámara baja estaba compuesta por treinta puertorriqueños cuya legislación dependía de la aprobación de la Cámara Alta. No se extendió a la isla la ciudadanía americana ni se concede el libre comercio. Los puertorriqueños pudieron apreciar rápidamente que esta ley no era un modelo de libertades sino de colonialismo. Ya en 1902, y ante una inmensa multitud de diversos partidos consagrada en el Teatro Municipal de San Juan, el hermano Rosendo Matienzo Cintrón dio uno de los discursos mas elocuentes e importantes en la historia política de la isla:


“Los partidos políticos que tenemos entorpecen en este momento santo, no engendran ni el afecto ni la unión, aunque si promueven la desunión y el odio. De esta manera seremos irremisiblemente avasallados por la ola, aniquilados por la marea que sube. Así no vamos a ninguna parte, por que los pueblos retrógrados tienen el deber de dejar el sitio que ocupan a los pueblos cultos y progresistas. Los partidos políticos miran egoístamente el interés propio, como cualquier asociación mercantil: es un defecto, grabe y fatal, que caracteriza a todos los partidos políticos del mundo. Los partidos políticos son hoy por hoy en este país, un gran estorbo. El arma que con más preferencia, y, más poderosa, esgrimen los partidos políticos, es el insulto al contrario; la fuerza, por ellos empleada, es el odio; no se mueven generalmente por el amor a la patria, sino inducidos por el vil egoísmo, por el vis interés personal; esos partidos van a luchas electorales por el ruin medio de determinados grupos; sólo piensan hacer leyes electorales para ganar las elecciones, lo que para ellos significa tener seguro el pan para sus adeptos.[16]


Cuando el Partido Federal entró en crisis en 1904 Antonio R. Barceló ayudó con la fundación del Partido Unión con los hermanos Rosendo Matienzo Cintrón, José de Diego, Santiago R. Palmer Irizarry y Luis Muñoz Rivera. Antonio R. Barceló eventualmente se convertiría en el líder del Partido Unión. Desde 1906 Barceló había sido consecuentemente electo cada dos años como miembro de la Cámara de Delegados, excepto a partir del año 1914 cuando el presidente W. Wilson lo nombró en el Consejo Ejecutivo.[17] El dialogo a Barceló por momentos se le hizo difícil, como lo probó la situación con la división con José de Diego, pero siempre siguió los principios de armonía y de confraternidad que le enseño su maestro Luis Muñoz Rivera. La Cámara de Delegados en 1907 aprobó dos proyectos importantes que nunca pudieron cumplirse y luego formaron parte del récord legislativo de Antonio R. Barceló varios años después. En el año 1907 la Comisión de Hacienda de la Cámara de Delegados aprobó el H.B. 142. Por los Señores Colberg y Torres. “Para trasladar a Puerto Rico los restos del patriota Betances y erigirle un mausoleo en el Pueblo de Puerto Rico”.[18] En esa misma Asamblea Legislativa del 1907 se aprobó un proyecto sometido por Muñoz Rivera y enmendado por el Consejo Ejecutivo para la construcción del capitolio.[19]


Fiel con su compromiso de hacer realidad el sueño de su maestro Luis Muñoz Rivera, el hermano Antonio R. Barceló logró la construcción del Capitolio. Uno de los impactos más grandes que sufrió Puerto Rico como consecuencia de la Primera Guerra Mundial fue la escasez de alimentos. El gobernador Yager crea la Comisión de Alimentos. En Puerto Rico se crea esta Comisión de Alimentos compuesta por seis personas. El primer presidente de esta Comisión lo fue Antonio R. Barceló, presidente del Senado y del Partido Unión. La comisión estuvo encargada de trabajar en los controles de los precios de los alimentos y hacia campaña para estimular las fincas. Barceló logró una estupenda administración de la Comisión y sobraron algunos cientos de miles de dólares, aproximadamente $500,000. Con estos fondos, con la venta del antiguo edificio de la Diputación Provincial y la venta del cargamento de arroz comprado en Estados Unidos, el hermano Barceló pudo conseguir el dinero necesario para empezar la construcción del Capitolio. En 1923 Barceló junto a Mariano Abril pasaron la resolución concurrente del Senado, haciendo una asignación adicional de $100,000 para continuar las obras del Capitolio, sus jardines y eregir una estatua de Luis Muñoz Rivera en la entrada de éste.[20]


El 17 de julio de 1925, día del natalicio de Luis Muñoz Rivera, se llevó acabo el acto oficial de colocar la piedra angular. Así se formaliza y comienza la construcción del famoso capitolio en mármol. En 1927 se autorizó a la Comisión Económica de Puerto Rico disponer de seis millones adicionales para la terminación del Capitolio, la Penitenciaría, el Manicomio, y el Hospital para Tuberculosos. El 11 de febrero de 1929 el hermano Antonio R. Barceló habla en la primera sesión del senado en el nuevo edificio del Capitolio:


“Al ocupar de nuevo la Presidencia de este Alto Cuerpo, siento inmensa satisfacción que me produce, no tanto el inmerecido honor que tal distinción representa como el hecho para mi verdaderamente extraordinario de que este hecho ocurra en el momento que inauguramos esta sesión de la duodécima Asamblea Legislativa bajo las bóvedas del Capitolio, en donde habrían de reunirse de hora en adelante los legisladores de Puerto Rico para cumplir con el sagrado deber que les impone el supremo interés de su patria. Fue en la legislatura de 1907, hace 22 años, que vuestro gran Prócer y Maestro Luis Muñoz Rivera, presentó el proyecto de ley que tengo ahora en mis manos, y que el mismo escribió, originalmente, con su propio lápiz, sobre su pupitre de representante, tal y como aparece en este viejo papel que voy a dejar aquí guardado y como un recuerdo histórico y como una prueba elocuente de la alta visión de aquel hombre, que quiso levantar este monumento, enclavado junto al mar, y mirando al norte, para que digan los que vienen desde allá todo lo que es capaz un pueblo pequeño en extensión pero grande en el concepto que tiene de sí mismo.[21]


El 18 de septiembre de 1917 Alfonso Lastra Charriez fue designado por el Senado y la Cámara de Representantes de Puerto Rico para poner en vigor el proyecto aprobado en 1907 y la Resolución Conjunta del 13 de marzo de 1912 para trasladar a Puerto Rico los restos de Ramón Emeterio Betances. El 10 de junio de 1920 se reunieron en el cementerio Pere Lachaise de París los señores Rafael Martínez Ortiz, enviado desde la República de Cuba, la viuda de Betances, doña Simplicia Jiménez, Eugenio C. de Hostos, Alberto Bravo, entre otros, para exhumar las cenizas de Ramón E. Betances y traerlas a Puerto Rico. Éste fue otro gran acto de la legislatura de puerto Rico bajo el Partido Unión de Puerto Rico y la Presidencia de Antonio R. Barceló. Resumida lo más brevemente la vida del hermano Antonio R. Barceló, pasemos a su récord legislativo:



[1] Para más información sobre esos momentos y los conflictos con la población puertorriqueña Véase: Dolores Luque, María, Los Conflictos de la Modernidad: La Élite Política en Puerto Rico, 1898-1904. http://revistadeindias.revistas.csic.es/index.php/revistadeindias/article/view/778 [2] Héctor Luis Acevedo editor, Dr. Antonio Fernós Isern: De médico a constituyente, Universidad Interamericana de Puerto Rico, Centro Interamericano para el estudio de dinámicas políticas, (2014). [3] Véase Luis Antonio Otero González, El Dr. Antonio Fernós Isern: El Hermano Masón, Id en pág. 285-341. Antonio R. Barceló perteneció a la Respetable Logia Celis de Aguilera de Fajardo. Registro de Diplomas de Maestro Masón, p.69, Diploma #2249. Luego fue miembro de la Respetable Logia Cosmos #62, en San Juan, Registros de Miembros de la R.L. Cosmos #62, pág.33. Id en pág. 305. [4] Fecha histórica por que es el año del Grito de Lares en Puerto Rico, El Grito de Yara en Cuba y la Revolución Gloriosa en España. [5] Delma S. Arrigoita Peraza, Puerto Rico por Encima de Todo: Antonio R. Barceló Vida y Obra (1868-1938), Ediciones Puerto, pág. 28, (2008). [6] Véase Raymond Rollocks, Fundación del Partido Autonomista Puertorriqueño, Los libros de la iguana, San Juan, Puerto Rico, (2014); José Gautier Dapena, Baldorioty Apóstol, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan de Puerto Rico, (1970). [7] Véase Antonio S. Pedreira, El año terrible del 87, (1937). [8] Los hermanos José Gómez Brioso, Manuel Rossy y José Celso Barbosa estaban preparados para montarse en un barco y salir para St. Thomas. Véase Lidio Cruz Monclova, Baldorioty de Castro, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, Puerto Rico, (1973). [9] Pilar Barbosa de Rosario, La Comisión Autonomista de 1896: Historia de Autonomismo Puertorriqueño, 16 de septiembre de 1896 al 12 de febrero de 1897, San Juan de Puerto Rico, (1957). [10] José Trías Monge, Historia Constitucional de Puerto Rico, Editorial Universitaria. Río Piedras, Puerto Rico. 1980. Vol. I. pág. 72. [11] Id en pág. 76. [12] Carta Autonómica de 1897. Título Primero. Artículo 2. [13] Carta Autonómica de 1897. Título Segundo. Artículo 4. [14] Carta Autonómica de 1897. Título Tercero. Artículo 5. [15] Carta Autonómica de 1897. Título Cuarto. Artículo 11. [16] Bolívar Pagan, Historia de los partidos políticos, San Juan, Puerto Rico, Librería Campos (1959)., pág.90. [17] Truman Clark, Porto Rico and the United States 1917-1933, University of Pittsburg Press, págs. 52-53. [18] Actas de la Cámara de Delegados de Puerto Rico, Primera Sesión de la Cuarta Asamblea Legislativa 1907-1908, versión pdf pág. 66. [19] Sustito del Consejo Ejecutivo al H.B. 84 titulado: “Para la construcción de un edificio insular que se llamará Capitolio de Puerto Rico”. Este proyecto nunca llegó a ejecutarse por la poca asignación de fondos que luego le hizo el Consejo Ejecutivo. Véase Actas de la Cámara de Delegados de Puerto Rico, Primera Sesión de la Cuarta Asamblea Legislativa 1907-1908, versión pdf pág. 258. https://www.academiajurisprudenciapr.org/actas-de-la-camara-de-delegado-1907-1908/cuarta-asamblea-legislativa-primera-sesion/ [20] Libro de Actas del Senado de Puerto Rico, 1923. Colección Puertorriqueña, Universidad de Puerto Rico [21] Libro de Actas del Senado de Puerto Rico, 1929.

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