top of page
Writer's pictureLo Chévere del Derecho Podcast

El Alter-Ego de Jesús en la Peregrinación de Bayoán de Eugenio María de Hostos

"Una vez, una madre de las que en la América latina pueden, por la ternura, servir de modelo a cualesquiera madres, decía, refiriéndose a uno de sus pequeñuelos:

-Y éste será sacerdote.

-Si tiene esa vocación, enhorabuena, dijo su marido.

-Y aunque no la tenga: el sacerdote no tiene que luchar tanto en la vida como otros.

-ES UN ERROR: EN LA VIDA, TODOS SON SACERDOCIOS, Y TODOS IMPONEN DEBERES COSTOSOS."

Eugenio María de Hostos (La Moral Social)



Eugenio María de Hostos y Bonilla nació en Mayagüez, Puerto Rico en el año 1839. Fue político, pedagógico y escritor puertorriqueño. Como hombre de ideas liberales tenía como máximos ideales el independentismo de su patria y la educación de los pueblos. Cursó sus estudios de primaria en Puerto Rico y luego viajó a España para completar su formación académica. Estudió Filosofía en Letras en Madrid en donde tuvo la oportunidad de estar en contacto con diferentes grupos y académicos de nombre que buscaban levantar el alma colectiva de España y del mundo conocido. Tuvo la oportunidad de vivir en España para la época antes del golpe de estado a la monarquía de Isabel II. Hostos tenía ilusión de que esta forma de gobierno republicano iba a traer libertades para España y para las islas de Cuba y Puerto Rico. Hostos, tan ingenuo siempre pensando lo mejor de las personas, se equivocó. La desilusión fue tan grande que tuvo que abandonar España.


Los viajes y las diferentes etapas importantes de su vida para el propósito de nuestra exposición se resumen en el siguiente orden:[1]

1) España- desde 1851 hasta 1869[2]

2) La República de Chile desde 1871-1873[3]

3) Argentina desde 1873-1874[4]

4) La República de Venezuela desde 1876 hasta 1878[5]

5) La República Dominicana desde 1879-1888[6]

6) La República de Chile desde 1889 hasta 1898[7]

7) Puerto Rico desde 1898 hasta 1898[8]

8) La República Dominicana desde 1900 hasta 1903[9]


Eugenio María de Hostos falleció el 11 de agosto de 1903 en Santo Domingo, República Dominicana. Al Hostos morir su familia quedó en un estado económico crítico ya que el único bien inmueble que tenía seguro la familia quedo destruido en un fuego ocasionado por la intervención militar americana en la Republica Dominicana. La situación económica de la familia la podemos comprobar cuando los queridos amigos y poderosos hermanos masones de Hostos, Santiago R. Palmer Irizarry[10] y Herminio Díaz Navarro,[11] solicitaron a la Cámara de Delegados mediante un proyecto, un fondo de ayudas económicas para que los hijos de Hostos pudieran estudiar en Estados Unidos.[12]


La filosofía del krausismo determinó en gran parte los pensamientos del prócer en todos los aspectos de la vida. El krausismo es una corriente filosófica que tiene como foco la libertad de cátedra y el libre pensamiento. Esta fuente de pensamiento filosófico buscaba el desarrollo de los seres humanos como libres pensadores, es decir poniendo esta característica como elemento y base del derecho natural y herramienta esencial del alma. El krausismo se originó con el pensador alemán Karl Christian Friedrich Krause[13] Esta filosofía tuvo mucha influencia en España para la época en que Hostos cursaba sus estudios. Esta filosofía se introdujo en España principalmente gracias a las figuras de Julián Sanz del Río,[14] Francisco Ginés de los Ríos,[15] y el jurista Federico de Castro.[16] Esta filosofía fue instrumental en el desarrollo físico, intelectual, y moral de Hostos. Durante su estadía en los países de América hispana tuvo la oportunidad de estudiarse a sí mismo.[17] Hostos al igual que muchos ilustres del universo, utilizó el Derecho como una herramienta para expandir su conocimiento en otras áreas como la pedagogía, la sociología, la psicología, la literatura.


La Peregrinación de Bayoán:


La peregrinación de Bayoán es más que una novela. Decir Hostos en España es decir y pensar en la juventud de nuestro más celebre hombre de letras del siglo XIX puertorriqueño, y el de mayor universalidad. Hostos debió vivir en confrontación constante a la vez que, en retraimiento hacia su interior, a juzgar por los escritos de su pluma y su genio en la época que nos ocupa. Bayoán (1863), es su lanzamiento intelectual en un medioambiente poco propicio para recibir un documento en el que lo escrito es la propia conciencia del español que se siente señalado, y el que le tiene el dedo apuntándole frente a los ojos, entre ceja y ceja, es un antillano proveniente de una de sus colonias. El ambiente de aquel momento en la capital española no era apto para que se recibiera un texto que, por un lado, superaba a la literatura difundida como "novela". Y, por el otro, denunciaba la condición de una España decadente. Hostos, a través de su personaje Bayoán, se convirtió en juez de su espacio, su momento y del elemento humano que habitaba dichos espacio y tiempo.


La peregrinación de Bayoán es un texto impregnado de lirismo -de ahí la clasificación preferida del autor: poema-novela en prosa. Pero es también un libro entrañablemente profundo, porque la peregrinación del personaje no es la relacionada con el viaje - aunque éste rinda la estructura externa del relato- y sus accidentes, odisea que lleva a Bayoán de isla en isla: Santo Domingo, Cuba, Bahamas, Lucayas. La odisea del personaje es interior; es su examen de conciencia; análisis de sí mismo, de sus islas antillanas simbolizadas en Marién, porque todas son una para el autor -pronto habrá de enfrascarse en las luchas por la independencia de Cuba y Puerto Rico. La peregrinación de Bayoán nos da las claves para ver ya en Hostos un rompimiento en sus bases políticas con la Madre Patria, porque la mayoría de edad de los pueblos antillanos es evidente.


No cabe duda de que a Hostos le causaba una profunda impresión la sabiduría de Jesús de Nazaret, el gran Maestro. A su acercamiento al puerto de Cádiz, done no se permite desembarcar a los pasajeros por temor a que sean portadores del vómito negro, refiere Hostos:

“Es, alma, mía, que Cádiz es el recuerdo de una parábola de Jesucristo, de unos sepulcros blanqueados.”[18]


La "Parábola del camino" se convierte, por ese interés hostoniano en llevar a cabo estudios del carácter de aquellas figuras históricas que de algún modo han contribuido a su formación filosófica, en una de esas expansiones psicológicas que contribuyen al estudio del alter ego. Jesús está presente hasta en los momentos de delirio del personaje: Bayoán así lo invoca, y, podría decirse, se transfigura para, como a Colón, vivirle su pasión -otro émulo al cual transferir su alter ego-. Son místicas las siguientes expresiones:


“¡Vuelvo a mirar en mi interior, y veo - espantosa visión que no me espanta!- un ser resplandeciente que lo cambia todo, que todo lo acomete, que no respeta nada: la luz con que brilla, yo la he visto en mis sueños: la luz de la verdad y la justicia. ¡Oh luz resplandeciente, me deslumbras! Separo la vista de la brillante aparición, y veo una sombra que huye amenazando, un vapor que se disipa, una niebla que se rasga. Tengo miedo, y no tiemblo; siento un dolor, parecido al dolor que me han causado las almas queridas al abandonarme, y no tengo fuerza para gritar; quiero llorar, y no encuentro una lágrima; quiero desesperarme, y a mi pesar, espero. Adiós, recuerdos, juventud, pasado…Todo se ha consumado.”[19]


Ahí el consumatum est jesucristiano.[20] Bayoán<Hostos, está pasando por un trance de conciencia clarividente. ¿La pérdida de su adolescencia? "Adiós, recuerdos, juventud, pasado..." ha escrito. El espíritu cristiano -su intercambio de identidad con Jesús de Nazaret-continúa expresándose:


“¿Qué extraña aparición veo ahí...?

Confusamente, sí, pero la veo.

Son dos cosas a un tiempo: un hombre colosal, envuelto en luz, que invoca, arrodillado, a un ser visible en quien espera; y un pueblo, que lucha contra todos, e invoca la libertad, la igualdad y la fraternidad, que lo defiende: el hombre colosal acepta un cáliz, bebe en él, y bendice: el pueblo acepta su lucha gigantesca, y vence: el hombre colosal se sacrifica, y muere: el pueblo generoso vive, y veo que se dilata y se dilata y va invadiendo lo que antes lo invadía, y convirtiéndose de pueblo en mundo, mientras que el cadáver del hombre colosal se ha dirigido al cielo, dejando en la tierra una luz que antes no había.”[21]


Ésta es otra de las parábolas hostosianas insertas en su libro, y como su Maestro, Hostos-Bayoán- ha de explicarla a sus discípulos -sus posibles lectores:


“¿Es esto una visión, o realidad...? ¿Qué significa esto...?¿Significa que el hombre, como las religiones y los pueblos, tiene su cataclismos, que en apariencia lo destruyen todo, porque destruyen las llagas que hacía soportable la costumbre, pero que era criminal no destruir...?[22]


Consciente de emparentar su escritura con la literatura parabólica hebreo-cristiana, se muestra Hostos cuando alude directamente al primer Evangelio:


“Tú tuviste razón, ¡oh ser inmenso!, con aquella parábola que eternizó San Mateo: ‘Dios ha dado a los hombres sus tesoros, y los hombres, como el cerdo, se vuelven contra Dios.’”[23]


No es, pues, de extrañar que cuando Hostos describe al anciano muerto, reproduzca el expolio en los sarcasmos de las personas que los rodean, y la actitud valiente de Bayoàn- que parecer estructúrese la parábola que incita al libre de pecado a arrojar la primera piedra- magistral asimilación de las enseñanzas de Jesús de Nazaret.


“Una palabra provocó otras, y (ras de las primeras quedas y respetuosas, vinieron otras irreverentes, y entre ellas, éstas:

-Parece un Santo Cristo.

Una carcajada fué el premio del símil, el pago de la entonación irónica con que fue pronunciado.

"Es verdad; se parece: sólo que Cristo tenía los pies agujereados y éste los tiene sucios.

No fue una carcajada; fue la explosión de la alegría del diablo, la que contestó a aquel epigrama infame. En mi alma, contestó la cólera. Levanté la cabeza: busqué con los ojos chispeantes, los ojos de aquellos miserables, y cuando vi que todos bajaban la cabeza, la bajé yo también, y salí de la cámara, diciéndome:

¡Tienen razón esos infames...! Se parece a Cristo: defendió.

como Cristo, una idea; fue, como Cristo, víctima de la ingratitud de su patria, y ha muerto como él, teniendo sed...!”[24]


Hostos, que en carne propia habrá vivido la presión y el escarnio, en especial por saberse diferente de la multitud irreflexiva, pasa a la meditación profunda, a su filosofar sobre la muerte y sobre la ironía de la vida:


“No es necesario llorar ni entristecerse: la muerte contamina la existencia, y es preciso olvidar el fin inevitable de ésta y espantar a la muerte con sarcasmos.

¿Y no hay nadie..?

No hay nadie: ¿quién se atreverá a lamentar la muerte de un desgraciado que nada poseía, que arrastraba su cuerpo repugnante por medio de cuerpos que embellece el bienestar? ¿quién se atreverá lamentar la muerte de un hombre que sobra? ¿quién se atreverá a echar de menos a un hombre, más que hombre, espantajo asqueroso de la Vida? ¿quién se atreverá a tener vista entre ciegos, oídos entre sordos, valor entre cobardes, sí espíritus groseros que no ven, si almas insensibles que no oyen, ni corazones de lodo, sin valor para no ser infantes, cantan y ríen y se mofan del cuerpo inanimado? ¿quién osa no cantar, no reírse, no mofarse? ¿quién tiene bastante gravedad para no burlarse de la ridiculez de la muerte? Si ellos, al reírse, la combaten, ¿quién osa alejarse de los vivos? ¿quién no alinea con ellos? ¿quién no arroja su piedra al no ser?”[25]


¿Quién no arroja su piedra al no ser...? Esa es la conclusión. Estar de pie frente a una multitud enardecida dispuesto a esperar que sea arrojada la primera piedra. Se trata de una fortaleza espiritual en reto contra la irreflexión. Jesús de Nazaret probó ser un profundo psicólogo en aquel crucial momento. Probablemente no haya hombre que no lleve oculta alguna culpa. A ese punto sensible - - ¿neurálgico? - habló el Maestro. Igualmente, Bayoán retó, sólo con su mirada firme, los excesos de burla de aquella tripulación irreverente ante la muerte, frente a un muerto venerable.


[1] Delgado Cintrón, Carmelo. Biografía Jurídica de Eugenio María de Hostos. Tomo II. Las Lecciones de Derecho Constitucional y otros escritos jurídicos 1857-1897, (2012) pág. 39-46. [2] En esta etapa de su vida Eugenio María de Hostos recibió la influencia de sus posturas filosóficas del Positivismo y el Krausismo. Es la España de Gustavo Adolfo Bécquer, Valeriano Bécquer, Salistiano Olózaga, Julián Sanz del Río, Antonio Cánovanas de Castillo, Joaquín Costa, Benito Pérez Galdós, Rafael María de Labra, Francisco Giner de los Ríos, Práxedes Mateo Segasta, Emilio Castelar, Segismundo Moret, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón, Julio Vizcarrondo y Coronado, Pablo Iglesias, Marcelino Menéndez Pelayo. En una etapa posterior a esta en España, Práxedes Mateo Segasta y Cánovanas de Castillo jugarían un papel importante en la política puertorriqueña. Me refiero a la época del pacto entre Segasta y el Partido Autonomista presidido por Luis Muñoz Rivera. Véase ; Delgado Cintrón. Carmelo. Los escritos jurídicos de Hostos en la etapa española 1857-1869. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Los escritos jurídicos de Hostos : la etapa española, 1857-1869 / Carmelo Delgado Cintrón | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (cervantesvirtual.com). [3] Los textos de Hostos utilizados para nuestra investigación en su mayoría fueron escritos durante esta primera estadía en Chile. Participó y dictó conferencias en la Academia de las Bellas Letras. En estas conferencias habló de la educación científica de la mujer. Más adelante analizaremos de cerca este texto. Produjo el Análisis de la Obra Poética de Placido; Véase; Hostos, Eugenio María. Obras Completas Edición Crítica. Crítica. Vol. 1 Literatura. Tomo III, pág. 83-178. Ganó el premio Memoria de la Exposición de las Artes e Industrias. Publica el excelente estudio crítico de Hamlet. [4] Desempeñó la cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires. Conoció al jurista Florentino González. Hostos estudió profundamente su obra constitucional. Véase Laura Cuchi, Las Lecciones de Derecho Constitucional de Florentino González en la Universidad de Buenos Aires (1869-1874). Diseños políticos nacionales y circulación trasnacional de doctrinas en la construcción de los estados sudamericanos, https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7095688.pdf.El prócer puertorriqueño usó la obra del constitucionalista Florentino González para preparar sus Lecciones de Derecho Constitucional. Se fue de Argentina por que llegó a la conclusión que en ese país no podía lograr nada por la lucha de Cuba y Puerto Rico. Véase; Hostos, Eugenio María. Diario II. Obras Completas. Tomo II. San Juan. ICP. 1969, pág. 77. [5] En este país Hostos se casa con Inda. Dictó conferencias importantes en el Instituto de Ciencias Sociales. [6] Fue durante esta época que Eugenio María de Hostos ayudo a revolucionar la educación en la República Dominicana. No lo hizo solo. Tuvo la ayuda de la esposa de su gran amigo el Dr. Francisco Henríquez Carvajal. El Dr. Francisco Henríquez Carvajal fue discípulo de Ramón Baldorioty de Castro. El jurista y doctor dominicana en una etapa posterior de su vida se convirtió en catedrático de Derecho y presidente de la Corte Suprema de Justicia. En un intercambio de cartas con Hostos le insinúo la nulidad del Tratado de Paris. Véase; Delgado Cintrón, Carmelo. Historia Constitucional de Puerto Rico III. pág., 279-284. El prócer dominicano fue un gran amigo de José Martí y Ramón Emeterio Betances. [7] Esta segunda etapa del prócer puertorriqueño en Chile fue una de las mejores intelectualmente hablando. Entre sus publicaciones se encuentran: 1) Gramática General; 2) La Crisis Constitucional de Chile, 3) Lecciones de Geografía física; 4) Prolegómenos de Ciencia de la Historia; 4) Quisqueya, su sociedad y alguno de sus hijos; 5) Gramática castellana; 6) Nociones de la Historia de la Edad Media. [8] Una de las etapas más importantes de la vida del prócer puertorriqueño. Durante el cambió de soberanía de PR creó la Liga de Patriotas. Termina desilusionado con la visión constitucionalista que tenia del imperio americano ya que pensaba que el sistema constitucional americano jurídicamente hablando impedía las acciones imperialistas del presidente Mckinley. “Los puertorriqueños quieren ser tratados como personas y no como un rebaño de ovejas. Los rebaños se llevan de redil en redil, pero las personas deben ser consultadas antes de que surja un cambio de dominio sobre ellos. Lo que pedimos lo hacemos en nombre de un derecho que nunca ha sido ignorado por parte de los americanos... Espero que la historia no diga que Estados Unidos trató a Puerto Rico como un animal. Dicho trato iría en contra de su historia y en contra de sus instituciones.” Eugenio María de Hostos, Puerto Rico: Madre Isla, Obras Completas (Edición Crítica), Vol. V, Editorial Universidad de Puerto Rico, p. 429-438. Al enterarse de la invasión y perdidas las esperanzas, Eugenio María de Hostos concibió un nuevo proyecto político. En la encomienda lo acompañaron Manuel Zeno Gandía, quien había sido delegado en la fundación del Partido Autonomista en 1887, y el Dr. Julio H. Henna. El proyecto se llamó la Liga de Patriotas Puertorriqueños. La propuesta de La Liga de Patriotas perseguía que los diferentes sectores políticos del país supeditaran sus particulares intereses y visiones en torno al futuro político de Puerto Rico con aras de reclamar el respeto de Estados Unidos de la personalidad del pueblo puertorriqueño. Según la doctora Vivian Auffat Vázquez, la Liga de Patriotas Puertorriqueños estuvo inspirada en la Liga Independiente y la Liga de la Paz del dominicano Gregorio Luperón, y de la cual formó parte Eugenio María de Hostos. Vivian Auffat Vázquez, La Liga de Patriotas Puertorriqueños de Eugenio María de Hostos, Publicaciones Gaviota, (2012). [9] En su segunda etapa en San Domingo Hostos fue testigo de la imposición norteamericana de la Enmienda Platt a la soberana Convención Constituyente de Cuba. Esta disposición, aprobada por la asamblea constituyente cubana, subordinaba a Cuba a los poderes y dictámenes del gobierno federal norteamericano en Washington D.C. Se enteró de los preparativos del gobierno de Estados Unidos para invadir la República Dominicana, acontecimiento que ocurrió ya muerto. [10] Véase Miguel A. Perreira, Desde el Trono en Oriente: Discursos Masónicos de Santiago R. Palmer Irizarry 1883-1906. [11] Herminio Díaz Navarro fue Disputado Gran Maestro de la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones de Puerto Rico (1907-1908). Cofundador del Partido Unión de Puerto Rico con los hermanos masones Rosendo Matienzo Cintrón y Santiago R. Palmer. [12] H.B.71, “Para sufragar los gastos de educación de los hijos del pedagogo puertorri­queño Don Eugenio María de Hostos nombrados: Don Eugenio María, Don Felipe y Don Bayoán Hostos”. Por los Sres. Díaz Navarro y Palmer. Actas de la Cámara de Delegados de Puerto Rico, Segunda Sesión Segunda Asamblea Legislativa 1904, Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación, (2010). Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación, Segunda Asamblea Legislativa | Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación (academiajurisprudenciapr.org). [13]Karl Christian Friedrich Krause (6 de mayo de 1781- 27 de septiembre de 1832) fue también un eminente masón alemán, como lo fueron Lessing, Fichte, Goethe o Schröder, y muchos otros alemanes insignes. Se mudo a Dresde, Alemania en 1805 para estudiar filosofía. En la primavera del año 1805 se inició en la Respetable Logia “Archimedes zu den drei Reißbretern"de los Valles de Altemburgo, Alemania. El 31 de octubre de 1805, con la recomendación de la Logia Archimedes, se afilió con la Logia Zu den drei Schwerdtern und den wahren Freunden de los Valles de Dresden. En la primavera del año 1808, la Logia de Dresden lo elegió “Redner” (Orador de la Logia). Al ingresar a la masonería, inmediatamente se embarcó en un estudio crítico y filosófico de la institución, leyendo todos los trabajos masónicos disponibles en ese momento. Como resultado de sus estudios, pronunció doce conferencias ante su logia en Dresden, que fueron publicadas en 1809, bajo el título: “Higher Spiritualization of the True Traditional Fundamental Symbols of Masonry.” Un año después publicó “The Three Oldest Craft Records of the Masonic Fraternity.” https://www.freemasonryresearchforumqsa.com/krause/human-spiritual-lifeperceptions.php. [14] Profesor de Eugenio María de Hostos en Madrid. En sus enseñanzas no se hablaba de religión ni de política. Influenció en gran medida los principios morales del movimiento separatista de las Antillas en el siglo XIX. [15] Fundó La Institución de Libre Enseñanza en España. Francisco Ginés de los Ríos fue profesor de Federico Degetau y González. Federico Degetau se quedó en España por un tiempo impartiendo cursos. Estuvo altamente influenciado también por la filosofía del krausismo. Véase en general Rivera Díaz, Eva, Federico Degetau y González: Primer Comisionado Residente 1900-1905, Hombre de convicción y lucha, [16] Creó la Escuela de Institutrices no confessional inagurada el 1 de diciembre de 1869. [17] “Conócete a ti mismo" o como le decimos los masones “Nosce Te Ipsum.” Allí donde la mitología griega cuenta que Apolo mató al dragón Pitón y donde Zeus colocó el ombligo del mundo, se erigió el templo de Apolo, perteneciente al oráculo de Delfos. Casi en modo de advertencia estaban inscritas las palabras "conocete a ti mismo", grabadas en oro para que todo ciudadano dispuesto a entrar al templo, no cruzara el umbral sin que las palabras quedaran impresas en su mente. Dicha frase promovía el autoconocimiento, ya que aquel que quisiera preguntar algo al oráculo de Delfos debía ahondar en si mismo, logrando formular preguntas más acertadas y a su vez desarrollar la sabiduría necesaria para interpretar y hacer uso de aquello que el oráculo les revelaría. Conocerse a sí mismo es la obligación de cada individuo para comprenderse, aceptarse, estudiar su propia alma y cambiar lo que quiere que sea cambiado en su persona, logrando orientar su vida y sus actos de acuerdo a sus objetivos e intereses. [18] Eugenio María de Hostos, La Peregrinación de Bayoán, Obras Completas, (1939) pág. 302. [19] Id., en la pág. 130. [20] Las últimas palabras de Jesucristo (se acabó todo, todo está cumplido). [21] Id., en la pág. 131. [22] Id. [23] Id., en la pág. 192. [24] Id., en la pág. 312. [25] Id., en la pág. 313.

58 views0 comments

Comments


bottom of page